6.6.11

MEDIOS DIGITALES, A FAVOR DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

El 25 de enero último, se produjeron en Egipto múltiples protestas sociales contra el régimen que mantuvo a Hosni Mubarak por más de 30 años en el gobierno; lo curioso es que fueran impulsadas y difundidas desde las principales redes sociales, que han hecho de Internet el canal de una nueva fuerza política.


El origen de estas revueltas tuvo lugar cuando Asmaa Mahfouz, una mujer egipcia desolada, compartió un video* en Facebook donde contaba la crisis que estaba atravesando su país y pedía al pueblo unirse para protestar con un objetivo en común. Conjuntamente se crearon numerosos grupos en la Red con miles de adeptos, que promovían las protestas en la Plaza Tahrir. Debido al gran impacto que estos canales de comunicación generaron, queda de manifiesto lo que Roger Silverstone (2001: 40) refiere como el “propio poder de persuasión y su capacidad para reclamar atención y respuesta”. Y, por otro lado, gracias a la separación entre tiempo y espacio, fue posible organizar “las acciones de muchos seres humanos físicamente ausentes entre sí”, como sostiene María Cristina Mata (1999: 86).

Sin embargo, las redes sociales no sólo fueron útiles para organizar las movilizaciones, sino que mientras ya eran llevadas a la práctica, los manifestantes siguieron haciendo uso de ellas para narrar los hechos en el instante en que ocurrían, mediante mensajes, fotografías y videos que compartían gracias a la tecnología de sus celulares y computadoras conectadas a Internet. No obstante, cabe destacar que seguramente no todos los presentes llevaron a cabo aquellas prácticas, debido a que se requiere los “conocimientos necesarios para el desarrollo de dichas habilidades y aplicaciones y… un marco de conocimientos y condiciones para la utilización y aplicación prácticas de una serie de ingenios” (Williams, 1992: 184).

Estos métodos construyeron nuevos imaginarios colectivos“espacios identitarios nacionales, epocales, generacionales” (Mata, 1999: 83) y permitieron que todo el mundo se enterara de la crisis que azotaba al país y de cómo el régimen se encargaba de apagar las manifestaciones, apelando a la violencia y la represión. De esta manera se fomentó la “mediatización de la experiencia”, que permitió, a los individuos que no protestaban en las plazas, “superar las barreras que los alejan entre sí… lograr cada vez más capacidades de saber y obrar en un único universo interconectado” (Mata, 1999: 87). Hay que aclarar, sin embargo, que no es lo mismo experimentar los hechos de manera digital que el sentimiento de atestiguarlos con la presencia física. 

El hecho de que la situación adversa que sufría el régimen se hiciera mundialmente pública, no beneficiaba al gobierno, quien respondió con la clausura de las redes sociales y después, del acceso a Internet. Sin embargo, la revolución ya era un hecho y todo el mundo estaba siguiendo sus pasos, por lo que la censura se le volvió en contra al régimen y lo terminó de debilitar.

En ese contexto fue que las compañías Google, Twitter y SayNow idearon una estrategia a favor de la libertad de expresión, que permitió a los manifestantes hacerse oír, aun estando aislados de la Red. Crearon el servicio “Speak2Tweet” que les posibilitaba dejar, mediante cualquier teléfono, un correo de voz en el buzón de cualquiera de los tres números internacionales habilitados, que luego se convertiría en un tweet con el hashtag #Egipt que circularía por toda la Internet, haciendo del ciberespacio “un espacio democrático”. 

Es así que, como afirma Daniel Mato (2000: 172), a partir de las “prácticas de numerosos actores sociales que participan en procesos sociales específicos” surge un “mundo cada vez más interrelacionado, y en ese sentido, cada vez más globalizado” que busca “ayudarnos a impulsar transformaciones que apunten a construir formas de organización más justas y solidarias, tanto a niveles locales y nacionales como internacionales y transnacionales”

De esta manera, a pesar del bloqueo cibernético, los manifestantes tuvieron el “conocimiento certero de que la siguiente comunicación… el siguiente reportaje, comentario o cuestionario seguirán movimiento las cosas y las llevarán a otra parte” (Silverstone, 2001: 35), por lo que los contenidos se siguieron propagando masivamente por la red y la rebelión pudo ser monitoreada por el mundo entero. 

En síntesis, analizando la influencia que tuvo el rol protagónico de las redes sociales en las revueltas de Egipto se observa el “proceso colectivo de producción de significados” al que hace referencia Mata (1999: 85), que produce “un nuevo modo en el diseño de las interacciones, una nueva forma de estructuración de las prácticas sociales, marcada por la existencia de los medios” y “nuevas formas de participación… y de ciudadanía”, tal como sostiene Silverstone (2001: 159) cuando dice que los medios y la comunidad están estrechamente entrelazados.

* A continuación, el video que puso en marcha a la Revolución Egipcia:




Bibliografía:
  • MATA, María Cristina. "De la cultura masiva a la cultura mediática". En Revista Diálogos de la comunicación, N°56, FELAFACS. Lima, Perú, 2009.
  • MATO, Daniel. "Des-fetichizar la globalización: basta de reduccionismos, apologías y demonizaciones, mostrar la complejidad y la práctica de los actores". Ponencia presentada en la Segunda Reunión del Grupo de Trabajo "Globalización, Cultura y Transformaciones Sociales" del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) realizada en Caracas en noviembre de 2000.
  • SILVERSTONE, Roger. "¿Por qué estudiar los medios?". Amorrortu. Buenos Aires, 2001. 
  • WILLIAMS, Raymond. "Historia de la comunicación. Volumen 2". Bosch. Madrid, 1992.

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